In memoriam...

Prisión Alcalá Meco Madrid 2

La vida te puede cambiar de la noche a la mañana pero creo que a pocas personas les puede cambiar como a ocurrido en mi caso. Un buen día vas a juicio por un supuesto delito de intrusión de sistemas informáticos y no has renunciado a tus planes de futuro porque estás seguro de que comprenderán tu explicación sobre lo que han hecho y lo que no. Pero no es así, no pueden comprender algo que no se molestáron desde el principio en escuchar y empiezas a marearte al escuchar 15, 12, 8, 6... años de prisión y toda tu vida desde el futuro más inmediato hasta el más lejano se hace añicos.

Nadie puede prepararte para un infierno así, ni uno mismo es capaz de comprender como a pleno sol todo se vuelve en tonos grises y que conforme pasan las horas y los días se avecina algo indescriptiblemente más terrible para lo que nadie te ha preparado nunca.

4 años de prisión por intrusión a sistemas privados gubernamentales y difusión de secretos de estado, 4 años de cárcel por estar sentado frente a un ordenador y haber descubierto que las promesas del gobierno son mentira, que los niveles de seguridad de nuestros datos se vulneran tranquilamente desde cualquier hogar, que se trafica con ellos, que se benefician miles de mepresas de estos datos. 4 años entre violadores, pedófilos, presos por delitos de sangre, ladrones y narcotraficantes por haber sido demasiado inteligente frente a mi ordenador.

Existe una prisión previa a las rejas, el periodo de espera de la sentencia firme, la espera en sí es ya una celda porque nada de lo que uno hace parece tener sentido ni siquiera escritos como este. El pasado de uno emerge en los pensamientos constantemente como un carrusel de recuerdos que aunque felices se vuelven espinosos y ni el apoyo de la familia ni el de los amigos pueden consolarte o evitar lo inevitable.

Los amigos comienzan a convertirse en fotos que llevarse a la celda, la familia en mares de lágrimas, los conceptos se vuelven palabras borrosas como el concepto de libertad, de bondad, de justicia... palabras que carecen de sentido frente a prisión, miedo, soledad... palabras que nunca quieren enseñarnos por parecer remotas.

Mi barrio será un módulo de prisión, mis compañeros serán de oficio algo detestable e ignorado por la sociedad que no me cabe duda y gracias a mi empatía serán mucho más de lo que se nos cuenta y mucho menos de lo que se piensa de ellos. Las conversaciones se transformarán en preguntas constantes de ¿cuanto te echaron? ¿que hiciste? ¿que harás al salir? y, a pesar de todo te das cuenta de que a la cárcel puede ir cualquiera, que no es algo realmente lejano, que vas a vivir una experiencia de la que no se puede presumir y que de verdad, solo siendo un poco más inteligente de lo normal te puedes ver al otro lado del muro y de las rejas.

Ahora tengo una fé en que estas letras las leeré después de este infierno, pero no lo sé realmente, no sé si ese yo futuro tendrá fuerzas para leer al salir de aquello o si podrá salir siquiera de aquello. Las cárceles son las ciudades paralelas de las que nadie se acuerda, yo mismo he ignorado su existencia incluso sabiendo que existen, son lugares en los que evitas pensar e hipócritamente ignoras y a sus habitantes hasta que te toca enfrentarte a que vas a convertirte en uno de sus ciudadanos.

Nunca en mi vida, de todos mis posibles destinos, de mis fantasías sobre el futuro pude imaginarme en una celda, es la verdad, nunca creí que haciendo lo que hacía por ordenador llevase con mis huesos directamente a un penal y no escuché jamás de ningún Hacker en España que se enontrase preso por X causa, sencillamente me habría parecido tan ridículo y salvaje como me parece mi propia situación.

Ahora es cuando me haría falta de verdad cortarme las venas pero precisamente en lo peor de mi vida es cuando menos ganas tengo de morirme, ¡que cosas!, a los 32 años camino hacia las rejas sin haberle puesto la mano a nadie encima, sin ser violento, no por haberme drogado, ni por robar un coche, ni por traficar con nada, ni siquiera por decirles unas cuantas opiniones a los jueces que me tragué junto con mi orgullo, voy porque soy el precio de una especie de histeria colectiva, de un miedo social genérico a quienes no se conforman con usar un ordenador dentro de los parámetros impuestos o que se supone que deben existir.

¿Escapar? claro que he pensado en ello, cualquiera con mi nivel no tiene problemas de encontrar un empleo pero debería igualmente renunciar a casi todo, salir de este país y en muchos más años que 4 no ver a mi familia ni contactar con mis amig@s, es demasiado pedirme a mi mismo huir sobre todo cuando no me arrepiento de nada ni me siento culpable, porque he violado eso sí las leyes X pero no significa que sea malvado, pero joder me llevan a prisión, me llevan a unas instalaciones alejadas de todo sin fianza y a estar allí 4 jodidos años y soy yo encima el que tiene que animar a mis amig@s y familiares.

No puedo seguir escribiendo lo siento mucho, todo lo que puedo desear en este momento es que vuelva a leerme estas palabras y si es así darme a mi mismo un fuerte beso por haber sido fuerte y animarme a seguir con el ordenador pero en esta ocasión hacerlo con verdadera maldad porque está claro que solo somos ganado lsito para marcar por tod@s esos hij@s de puta que viven de los impuestos y que se creen que pueden mangonear nuestras vidas impunemente.