Disyuntiva Tayloriana

Hoy he conocido un analista de programación, es decir el que tiene como cometido analizar un problema y describirlo con el propósito de ser solucionado mediante un sistema de información. Hemos discutido sobre nuestros puntos de vista sobre la profesión de ambos, ejercer bajo profesión o hacerlo sin que llegue a ser una profesión y en tal caso y sin restar la importancia debida nos hemos preguntado por qué se le dá tanta importancia o tan poca según casos, a ser o no programador, analista, o analista-programador que es el intermedio que auna ambas prácticas o profesiones.

Somos solitarios, no es la típica imagen de ninguno de los dos campos, por lo general alguien que gana una buena cantidad de dinero ya sea en una importante compañía o como en mi caso por trabajo realizado de manera autónoma y a la práctica escribiendo código para uso ilegal. Cuando se tiene dinero no suelen faltar "amigos", "amantes" y cierta posición social pero entonces ¿qué ocurre con nosotros? ¿por qué preferimos esa soledad en una habitación frente a nuestros ordenadores y nuestro código? No hemos llegado a una conclusión satisfactoria para ninguno de los dos.

¿Somos nosotros tan distintos de nuestros compañeros de empresas y grandes corporaciones?, ¿és un hacker menos persona por el mero hecho de programar con otros objetivos ya sea por encargo o de manera personal?, estamos un poco quemados con eso de que hay que distinguir entre cracker y hacker, es como tener que vergonzarse de programar una aplicación concreta saliéndose de lo que habitualmente otros programadores aplican a sus tareas cualesquiera que sean éstas. Acaso ¿és menos programador un escritor de virus "Script Kiddie" que un programador de aplicaciones industriales por ejemplo?, es de menor consideración el trabajo que realiza el analista en comparación con el que realiza un programador?

En mi caso me encierro muchas pero muchas horas en mi cuarto, no sólo escribo programas, no sólo hackero, no sólo estudio y me pongo al día, navego, juego, chateo, veo series, películas y programas que me interesan o que considero curiosos cuando menos, mi vida social queda reducida a los fines de semana, mi vida sentimental a unas horas, mi relación más espiritual y en algunos casos "mágica" a mis viajes a los lugares desconocidos que probablemente vuelva a visitar y, n obstante no me insatisface mi vida y el conjunto de las que componen toda mi existencia. No sé quien decide de qué o quienes deben avergonzarse del uso que le den a sus concimientos y talentos, por mi parte no voy a avergonzarme de lo que hago, ni deseo que otras personas se vean en esa tesitura.

Un ladrón que sea bueno en su trabajo, que sepa realizar sigilosamente su robo, que sea lo suficientemente invisible y planifique inteligentemente su plan de actuación está cometiendo un delito pero no debe avergonzarse ni mucho menos de tener esas habilidades, de ser un profesional en su trabajo aunque este se encuentre al margen de la ley o de la moralidad social de su entorno o país, a fin de cuentas él sirve para eso y probablemente no muchas personas puedan ni estudiando ser ladrones medianamente aptos.